20.1.13

Toda la verdad y nada más que la verdad


 Es interesante observar cómo se comportan  las marcas  al saberse descifradas o tal vez desenmascaradas con todo este boom de las redes sociales, pienso que deben estar  pasando por su propia crisis de identidad. Y es que con este crecimiento acelerado de usuarios en las redes se le ha dado un poder increíble al consumidor; casi como una espada con la que puede condecorarla ó cortarla de un tajo, porque pueden opinar y comunicarse con ellas en total libertad, exigiéndoles cada vez más y más.

Todos sabemos el peso que tiene la publicidad "de boca" de alguien que conocemos y confiamos; como lo son nuestros amigos o más allegados y es que siempre van a influir en nosotros al momento de tomar una decisión de compra.
Pues ahora con las redes sociales, la podemos llamar la publicidad de "mouse" o de "ratón " -para los anglosajones- por que con tan sólo un click  podemos hacer mella en la imagen de cualquier marca. Claro ésto aplica sólo para las que no sepan manejarse dentro del ambiente 2.0

La conexión entre el consumidor y  la marca ya no es la misma, ahora esperamos de ellas mucho más  que una promesa o una historia, queremos que sean honestas y responsables. Como consumidores  agradecemos  cuando reconocen sus faltas y nos comunican la forma en que trabajan para corregirlas.

De hecho ahora mismo tenemos un caso fresquesito, con la recaída de quien una vez fue considerado "superhéroe" por haber logrado tantos títulos y haber sobrevivido al cáncer; demostrándole a los demás que sí tienes espíritu de luchador lo puedes lograr todo, estamos hablando de Lance Armstrong -famoso ciclista- que luego de haber sido acusado de doparse y él lo negara una y otra vez, finalmente lo reconociera tratando de recurrir al famoso proverbio "Errar es de humanos" 

 Ajá!  Pero entonces no eres un superhéroe!  ...Eso todos lo sabemos, sabemos que la perfección no existe, pero muchas marcas siguen insistiendo en sembrar el mensaje de la grandiosidad para darse a conocer y transmitirle al consumidor que usando sus productos podrá obtener cualidades  que supuestamente no tendría sin ellas pues: ah aaah, el consumidor se esta dando cuenta de esto, y ahora está buscando no sólo calidad sino una  conexión más humana con una marca "perfectamente imperfecta" como lo es todo ser humano.

Ya no se trata de decirle al consumidor que tu marca es la mejor ni de ofrecerle sólo un producto sino además un servicio, de estar allí para él cuando necesite de tu ayuda y asesoría para disfrutar muchísimo más de el producto que compró pero sobre todo, de atender y tomar muy en cuenta las sugerencias de éste para mejorar en la calidad de servicios/productos de tu marca.

 Este ańo, la pregunta que se deben estar haciendo muchas de ellas no es, sí deben comportarse auténticas según lo que profesan, sino qué pasaría sí no lo hacen?

... algo  me dice que este post debería haberse titulado: "Ser o no Ser"

El consumidor no es tonto  y ya no quiere ser tratado de la misma forma, quiere que se le considere y está exigiendo de las marcas situaciones mas creíbles dentro de su mensaje de Identidad.

Y los diseñadores que me siguen se deben estar preguntando: y para que quiero saber lo que quiere el consumidor? Si yo lo que necesito saber para diseñar la identidad de una marca son las necesidades del cliente como padre de la marca!

-insertar aquí el sonido de erroooooor-  
Como diseñadores  no podemos darnos el lujo de "darle" al cliente lo que quiere por que caemos en el abismo de la No identificación, esa que entregamos en bandeja de plata  cuando nos solicitan una imagen para nada auténtica por estar basada en los términos:  "que se parezca a..." ó " que sea como la de..."  creando al final clones sin personalidad.

En fin, estamos siendo testigos de cómo el consumidor comienza a buscar marcas que lo hagan sentir  verdaderamente identificado con los valores que ésta maneja y no con "historias que queremos escuchar" ni con lo que la sociedad nos trata de seguir dictando basada en viejos "estereotipos".


Imagen por Eric van den Boom

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